La prueba de esfuerzo, también conocida como ergometría, muestra cómo se comporta el corazón durante la actividad física. Debido a que el ejercicio hace que el corazón bombee con más fuerza y más rápido, la prueba de esfuerzo puede revelar problemas con el flujo de la sangre dentro del corazón. Es una prueba cardiológica que mide la capacidad del corazón para responder al estrés externo en un entorno clínico controlado.
Sirve para diagnosticar enfermedades del corazón y las arterias coronarias.
El examen consiste en la caminata que realiza el paciente en una cinta rodante, también conocida como “caminadora”, a la cual se le irá aumentando poco a poco la velocidad y la inclinación. Al mismo tiempo, el médico irá viendo la actividad eléctrica del corazón en una pantalla y midiendo varios parámetros como la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
Usualmente el estudio tiene una duración de unos 30 a 45 minutos y concluirá cuando el paciente alcance ciertas metas de frecuencia cardíaca, se canse o se sienta algún malestar. El médico detendrá la prueba si aparecen alteraciones, si la persona muestra demasiado cansancio o simplemente manifiesta que no desea continuar.
Es importante que el paciente lleve ropa y zapatos deportivos. También debe saber que no debe ingerir alimentos unas 3 a 4 horas antes del examen.
